martes, 21 de noviembre de 2017

Las personas se llegan a conocer plenamente por su historial de hechos que han regado en el camino de su existencia, como rosas o como espinas y más si esas personas han dedicado todo su tiempo a vivir de puestos públicos, donde son escrutados celosamente, muchas veces por una población silenciosa y cuya permanencia en esas posiciones, salen a la luz pública en momentos coyunturales por los que pasa toda nación, como es el cambio radical que dio Venezuela en 1998. Muchos en ese devenir dejan una especie de Currículo de su hacer que nos permite evaluarlos cuando de una decisión se trata de tomar, a favor o en contra de esas personas.


Es el caso de Antonio José Ledezma Díaz, quien desempeñó distintos cargos en la administración pública durante la IV República y luego, en períodos de la Revolución. Fue alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas en el período que terminó en el año 2015. También estuvo al frente de la alcaldía del municipio Libertador de Caracas justo en dos períodos y además Gobernador del que era Distrito Federal. Dos veces fue diputado del Congreso Nacional el cual llegó a su fin con el ascenso de Chávez a la Presidencia de la República. Esas diputaciones las ocupó desde 1984 y diez años después, en 1994, elegido Senador de la República en el Congreso que era Bicameral para entonces.

En 1973 ingresa al Partido Acción Democrática (AD) y renuncia en el año 2000, fundando el partido Alianza Bravo Pueblo (ABP) en el que milita hasta la fecha. Fue detenido el 19 de febrero del 2015 por la conjura descubierta llamada “Operación Jericó”, con implicaciones de golpe de Estado. En 2016 se le otorga el famoso ya conocido “casa por cárcel” y el 17 del presente mes huye desde su casa con destino a Colombia y de ahí a España. La BBC Mundo se hace eco de esta noticia y la intitula “una travesía peliculesca” (Refiriéndose a lo fantástico que fue la acción, según lo contado por el Sr. Ledezma).

El país político conoce a pie juntilla sus tratos y maltratos a los ciudadanos que como alcalde y como congresista le dispensó a los venezolanos y obviamente todo el aparato del nuevo Estado instalado con el triunfo del Gigante, conocía y conoce más que nadie esas tropelías que este señor realizaba en la IV República. Quise abordar este tema desde esa visión para poder desarrollar algunas ideas del cómo se fugó este hombre público atravesando 29 alcabalas como él narra y pasando por el puente donde se supone hay un estricto control. Nadie lo reconoció, nadie lo vio salir de su casa y fue al siguiente día cuando fueron a hacerle la ya acostumbrada foto de control que notaron y reportaron su ausencia.

¿Es posible una historia así? Naturalmente que sí, siempre que el descuido se entronice en los que tienen a cargo esa función. Decía mi abuelo que “la costumbre hace ley” y ciertamente la rutina que llevaban los cuidadores, que son militares, fue tan puntual que el fugado comenzó a elaborar y planear su fuga a partir de esta rígida costumbre que ya era ley. Y la aprovechó como cualquier persona que sabe lo que le espera, no solo por lo de Jericó sino por cuestiones como esta: A finales de 1992, la policía de Caracas, que estaba bajo su mando, mata a unos 200 presos en la prisión de Catia. El Sr. Ledezma, sin ninguna flema relata: “Lo del Retén de Catia tiene vinculación con la insurrección golpista, porque no hay duda de que lo que se pretendía era crear un caos en Caracas y que salieran a la calle más de 3.000 reclusos y eso tuvo que controlarse a costa de muchas vidas”. Significa que la vida para Antonio Ledezma, el abogado y político, más lo segundo que lo primero, no tiene ningún sentido siempre que sea la de personas humildes a las que acusó de lo mismo por lo que sería apresado él en 2015.

Hay un libro que leí hace varias décadas, con el título de Papillon, escrito por Henri Charrière, francés él y en el que narraba con detalle su apresamiento y envío a unas de las cárceles de Francia en el Caribe. En el libro describe con lujo de detalles, cómo se fugó de esa peligrosa cárcel que era una prisión rodeada de farallones en los que se Batía con furia el Mar Caribe. Su paciencia en observar diariamente los flujos y reflujos de las olas, lo llevaron a comprender en que exacto momento el mar arrastraba objetos hacia la inmensidad del océano y a base de esta atenta y metódica observación, a la vez que la hacía y la anotaba, construía una barza de palos amarrados con bejucos de la isla y fue así que un día, en el preciso momento que sucedía el reflujo de las olas, lanzó con decisión su “nave” al mar y detrás él, logrando en poco tiempo remontar hacia mar adentro gracias a las observaciones que con atención hizo de aquel fenómeno de las mareas. Luego escribiría su libro, del que también se hizo una película y murió en España a los 66 años, en 1973. Espero que entiendan la metáfora. Porque rememoré el libro que afloró a mi mente con mucha fuerza, le puse el título a este escrito.

Por último, me permito hacer esta última pregunta: ¿Por qué si era un preso con el prontuario que el pueblo y las autoridades venezolanas conocen, este Sr. no tenía un control como sería un brazalete con GPS, que tuviera la capacidad de avisar a los lugares que se moviera? Esta pregunta no la voy a detallar, la dejo también a la interpretación de los interesados en esa cuestión del brazalete, que luego de la fuga, se lo pusieron a otro que tiene “casa por cárcel”, llamado Simonovis y me imagino que a los demás reos en esa situación, como es el caso de Leopoldo López.

Mientras el caso Ledezma trasciende las noticias de toda clase de medios en el mundo y hasta lo quieren nombrar presidente interino en el exilio, la ANC debería aprovechar la magna Asamblea de mañana martes 21 y aprobar definitivamente la Ley de los 50 precios acordados, con también una Ley que nombre inspectores de los CLAPs, las Comunas y de cualesquiera organizaciones debidamente reconocidas como revolucionarias y aceptadas por las instancias correspondientes, para ponerle coto al abuso de los precios que ya constituyen una enorme burla hacia un pueblo noble como es el pueblo venezolano y que está a punto de estallar.

Por: Jorge Antonio Hernández García
De: República Dominicana
19 de noviembre del 2017

Fuente:
conaicop@gmail.com

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